“Seguimos obligados a seguir comprando energía importada y de alto precio a través de los entes del Estado, cuando cualquiera podría instalar su alambique rural, destilar alcohol etílico o metílico para su auto y con una pequeña inversión construir su planta solar fotovoltaica y generar la electricidad para su autoconsumo”, dijo Ricardo Trujillo, gerente de Fibrotel SA. Cortesía/La República.